![]() |
![]() |
|
A pocos días de haber anunciado una nueva formación de Jaguares con la incorporación del Vampiro (César López), Harris (Javier Márquez) y la reaparición de Sabo Romo -, Saúl Hernández, quizá el más venerado de los rockeros mexicanos, habla para La Banda Elástica sobre los distintos procesos que ha vivido en la etapa más reciente de su carrera: el rompimiento con Alejandro Marcovich, el fin de Caifanes, su enfermedad en la garganta, su opinión sobre el rock nacional, Chiapas y los planes de su nueva banda.
LBE: Hablemos de lo más reciente. ¿Cómo es que integras esta banda? "Ha sido importante no detenernos en lo clásico de `así debe de ser la formación`. La flexibilidad de manejar una especie de taller en Jaguares le va a dar otra perspectiva, otro camino de exploración. Con Sabo (Romo) y Alfonso (André) ya había trabajado antes, con el Vampiro (César López) y Harris (Javier Márgalli) es interesante porque ahora somos tres guitarras, bajo y batería, ya no hay teclados. Nos fuimos a lo básico y estamos encontrado un lenguaje muy musical, muy artesanal, que ya no es electrónico, es eléctrico. Todo esto surge por la necesidad de recuperar algo que lo electrónico ha abordado mucho y donde ya no hay música, donde hay una programación de efectos. Pones una tornamesa, pones discos y ya eres músico. Está bien. Es una alternativa interesante y respetable. Pero a mí en lo personal me hace falta escuchar música, músicos, orgánicamente hablando. A toda esta nueva música que ha surgido de cuatro años para acá, le agradezco porque me hizo refugiarme en el Jazz. De ahí es de donde surgió esa necesidad artesanal. Entonces, el sonido va a cambiar. Estamos haciendo arreglos de las canciones viejas y están saliendo muy divertidas. Hay otro sonido, Harris y el Vampiro son guitarristas muy distintos". LBE: ¿Cómo las definirías? "El Vampiro es muy etéreo, volátil. El Harris es un ladrillo en el cerebro. La combinación es muy padre, porque esa fuerza que tiene Harris se combina muy bien con la sensibilidad que tiene el Vampiro. Ambos son sensibles, pero el sonido del Vampiro es más ambiental, partiendo de lo musical, es un decorador perfecto y Harris pone los cimientos, más taladro y color." LBE: ¿Cómo sientes esa integración de personalidades? "Muy, muy relajado. Inclusive se está trabajando muy rápido. Hay mucha intención de todos por trabajar. Creo que es un momento donde los egos y los intereses se quedaron atrás, porque cada quien sabe qué es lo que quiere y dónde está parado. Eso es muy relajante, porque te puedes sentar y platicar de la forma más honesta y sabes que el otro no está diciéndote algo para buscar otra cosa. El ambiente es muy sano y relajado, como cuando empiezas a tocar, que te emociona con quien estás tocando. Hace muchos años que no sentía eso." LBE: ¿Qué habías perdido? "Quizá la comunicación. Digamos, la etapa del nervio (del volcán) fue patética..." LBE: ...pero es un buen álbum. "... a mí no me gusta, porque es un álbum muy forzado. Está bien hecho, bien decorado, suena bien, hay buenas canciones, pero para mí no tenía esencia, no es mágico. No es el diablito, por ejemplo. Porque había más libertad, ganas de estar juntos, de hacer discos, de tocar... y en el Nervio había ganas de hacer dinero, de ver quién lideraba más, una lucha de poderes muy triste. Quien quería ganar el nombre, ahora ya lo tiene. Sigue le pleito y todo es muy extraño, sigo sin entender muchas cosas. Han pasado muchos años y entiendo que llega el momento en que cada quien tiene intereses individuales y hace de su vida lo que quiere. Pero no entiendo que haya pasado así. E l Nervio fue el inicio de un gran final. Se había perdido la magia, el amor, el respeto, era más importante crear una sociedad que tratarse bien. Entonces, decidí ya no estar más ahí; quizá hice mal, quizá hice bien, no lo sé." LBE: Si te cruzaras ahora en una esquina con Alejandro Marcovich, ¿qué le dirías? "Le deseo lo mejor. Superé muchas cosas y lo digo con todo el corazón, no le deseo el mal. Me hizo mucho daño, destruyó algo que costó mucho trabajo hacer, me dolió el engaño hacia mí y hacia la gente, todo ese rollo victimista. Pero por otro lado quizá lo entiendo también. Todo pasa por algo, todo tiene su razón. Y aunque no comparto su actitud, trato de entenderla y encontrarle un por qué. Pero no le diría nada, quizá seguiría derecho. Ya se han superado muchas cosas, pero no volvería a trabajar con él, eso está claro. No podría volver a acercarme ni siquiera a tomarme un café. Pero sí quisiera que le vaya bien, que de alguna forma pudiese aprovechar el talento que tiene." LBE: Comienzas una banda. ¿Qué queda de la primera etapa de Jaguares? "Un gran antecedente que es El Equilibrio (del Jaguar), que marca la continuación de algo que no se ha muerto. Porque Caifanes tuvo accidentes y por éstos tuvo que recaer, pero no se murió. Con el equilibrio, se reafirma, algo está ahí. Obviamente no es lo mismo, trabajamos con otra gente y mi cabeza está en otro lado, pero las composiciones siguen teniendo ese hilo conductor. Sigo trabajando con Alfonso y ahora con Sabo se reafirma un trabajo colectivo que tenemos muy digerido. Haber trabajado con José Manuel (Aguilera) y Federico (Fong) fue muy, muy buenos, son muy buenos músicos." LBE: Pero en este caso su separación es distinta. "Nada que ver. Sería increíble que dejara de existir La Barranca. Cuando empezamos con Jaguares, La Barranca no estaba tan desarrollada como lo está ahora. Lo musicalmente, sino en infraestructura. Paro, me alejo, voy a enfrentar mi enfermedad y bueno, La Barranca tiene un espacio para poder tocar y hacer lo que no podía con Jaguares. Cuando regresé, me preocupé más por la frescura que por mantener algo. Entonces decidí colaborar con otra gente, buscar otros músicos y que José Manuel y Federico continúen con lo que están haciendo, que lo que más falta son grupos y sobran muchos músicos." LBE: Hablabas de la magia, de toda una historia que se va contando. ¿Podríamos entender a través de tus letras una cronología tuya? "De alguno u otra forma sí. Mi forma de escribir no es muy obvia, no digo tan directamente una serie de cosas. Creo que todo empezó desde mi enfrentamiento con las drogas. Antes de ahí, todo era muy agradable. Me estaba yendo muy bien, ganaba dinero, tocábamos donde sea, me metía lo que encontraba... y lo que me regalaban, porque me regalaban muchas cosas. Pero era un mundo ficticio, muy padre, duró varios años, pero en algún momento –y doy gracias a Dios_ como que me dieron un zape celestial y reaccioné." LBE: ¿Podríamos considerar la canción "Piedra" (El Silencio) como una referencia directa con tu relación con las drogas? "Totalmente. Fue de las primeras reflexiones sobre algo que quería dejar, en este caso la cocaína. Como decir, `me estas haciendo pedazos`. Era eso, mucho alcohol, muchos ácidos... tú sabes, te metes en muchos caminos. Ahí empieza un proceso de limpieza que continúa con el rompimiento de Caifanes y con el nacimiento de mi enfermedad." "Irónica o extrañamente, pero qué bueno que pasó todo eso. Hace tres años que se separo Caifanes. Llevo tres años con mi enfermedad, un año de aislarme totalmente de todo, y fue muy bueno; me hubiera gustado que hubiera sido de otra forma, pero así nos tocaba. El que mucho escarba, mucho encuentra." LBE: He escuchado a varios músicos que dicen que, más allá del escenario, el público, las drogas y las fiestas, el final tú estás solo y te enfrentas a ti mismo. "Eres el centro de atracción por dos horas, cincuenta mil personas te están viendo y a la hora, estás completamente solo, abandonado, con toda esa inercia de energía rebotándote en el cerebro y no tienes a quién dársela, con quien compartir. Como un átomo rebotando d arriba para abajo en un cuarto, sin dirección y sin sentido." "En ese sentido, "Nunca me caí" (El Nervio del Volcán) es la respuesta a "Piedra", es decir, `cuántas veces me he quedado dormido en el filo del tiempo y se me fueron muchas cosas pero nunca me caí`. La escribí en un proceso de rehabilitación, de enfrentarme a mí mismo para superar ese problema, que para mí no es algo de que presumir." LBE: Después viene la ruptura y tu enfermedad. "La enfermedad viene antes que la ruptura. Creo que la enfermedad vino a reafirmar que no era el camino adecuado. Es muy rara mi enfermedad." LBE: ¿Qué tipo de virus es? "Es algo viral y son tumores benignos que pueden llegar a ser cáncer, aunque este no es el caso. Pero lo tenemos controlado. Es un tratamiento pesado pero está bajo control. Puede llegar, claro, el momento en que no pueda a volver a cantar y tenga que detenerme, esperar, controlarlo de nuevo. La posibilidad de que regrese existe." LBE: ¿Cómo has manejado tu voz a partir de esta enfermedad? "El equilibrio lo grabé con tumores. Me aferré, sentía que lo tenía que sacar. Porque mi única forma de enfrentar en conflicto de Caifanes era mantenerme vivo creativamente y para eso tenía que crear Jaguares. De alguno u otra forma te tienes que esperar y buscar otras formas. Aprendes que la soberbia no te va a servir de nada, ni aferrarte a que tiene que ser de cierta manera; aprendes a desprenderte de las cosas y decir que puedes hacerlo diferente. Eso me ha enseñado muchas cosas y decir que puedes hacerlo diferente. Eso me ha enseñado muchas cosas, que un guerrero nunca es una víctima de nada. Porque no fui víctima de nada, ni de la enfermedad, ni del rompimiento, son las cosas que pasan y uno tiene que enfrentarlas como son, seguir adelante." LBE: Ahora parece que hay un proceso de integración distinto en Jaguares. "Ahora quiero que esa búsqueda orgánica se dé en los escenarios antes de entrar al disco. Lo llevamos con calma, estamos ensayando, vamos a tocar en pequeños lugares y que se diga, `ah, el retorno de un grupo exitoso`. Quiero que otra vez nos cueste trabajo integrarnos. No estoy de acuerdo en llegar y tomar lo que `ya tienes`. Nadie lo tiene, todo lo que tienes que ganar constantemente. Musicalmente, creo que va a ser un buen ejercicio y un buen entrenamiento para que cuando empecemos a montar el nuevo material ya estemos mucho más conectados y tengamos ganas de arriesgarnos más. No como un compromiso de `tengo que tocar`, sino `me dieron ganas de hacer esto`, que es muy distinto. El disco saldrá probablemente hasta el año que entra, porque si lo grabamos lo haríamos por septiembre, octubre, con calma." LBE: En todo este tiempo, el rock mexicano ha cambiado. Hay infinidad de bandas y nuevos sonidos. ¿Cómo manejarse ante esto? "Yo me siento igual. Creo que no afecta cuántos o cómo se este haciendo. Afecta cuando no eres congruente contigo mismo, te dejas vencer por la obviedad y caes en un mundo más fácil. Por otro lado, creo que hay mucho y podemos empezar a hablar de un pluralismo, de la posibilidad de que los grupos estén haciendo muchas otras cosas. A mí me gusta la diversidad, lo que no me gusta es cómo. Me da gusto que la gente sea feliz escuchando otras cosas, sería patético que todo el tiempo escucharan lo mismo, cualquier grupo. Sería muy aburrido. La diversidad es importante. Pero que les creas, es otra cosa. La credibilidad de un grupo depende de la honestidad de su actitud y de la forma en que plantean su música. Yo le creo más a Sekta Core que a Molotov. Molotov es un excelente producto de marketing, `juguemos a lo prohibido para que nos prohiban y utilicemos la mentalidad clasemediera para enfrentar a los medios y vender más discos.` Si hablamos de discursos contestatarios, te vas a buscar a bandas que realmente viven lo que dicen, que no solamente son juegos de groserías. `Uy, qué grueso, dijeron puto y ya hasta lo censuraron.` No me la trago, para mí la problemática es más profunda. Grupos como Sekta Core, por ejemplo, tiene otro discurso, viven una realidad muy distinta; tiene que sobrevivir para poder tocar, siguen siendo marginados, correteados por la policía, siguen siendo sobrevivientes del rock and roll. Cuando los discursos de esos grupos los pueda escuchar en la radio y me estén diciendo y esté compartiendo con ellos su problemática, entonces si habrá cambiado el rock nacional. Mientras tanto, sigue siendo lo mismo, ha cambiado en forma, en propuestas musicales, pero es lo mismo, sigue siendo los mismos medios y éstos siguen siendo iguales, Siguen reprimiendo, siguen con miedo a que uno diga lo que piensa y que lo demuestre a los demás." LBE: Cuando se hicieron los conciertos por Chiapas, te escuché decir que era una lástima que las bandas de rock se unieran por otra cosa que no era precisamente la música. ¿En relación con el conflicto de Chiapas, qué opinión tienes? "Creo que es muy complicado y se le ha dado un título protagonista muy fuerte que se ha desvirtuado mucho. El problema de Chiapas es el mismo problema de la República Mexicana, porque los otomíes, los huicholes, los indios de la sierra de Puebla tiene igual o peores condiciones, por que allá ni siquiera pueden sembrar. Chiapas es un conflicto, uno de los muchos que hay en la república. Creo que para defender una causa tienes que conocer la tuya propia y creo que eso no ha pasado. En mucho festivales veía que había más afán protagónico que un sentido de solidaridad real. Creo que sí hay un fuerte poder de convocatoria, que hay un poder en las bandas, la música y el público para enfrentar los problemas. En eso estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo en que si hay una marcha participes, pero no estoy de acuerda en que eso se utilice para hacer una caravana con sombrero ajeno." LBE. Por Benjamín E. Acosta. Bienvenidos a la Zoología de Saúl Hernández, donde se rinde culto a la oscuridad alguna vez protagonizada por lobos, gatos, elefantes, tortugas, dragones, venados, ratas, delfines panteras, mandriles y otra clase de bestias que se regodean entre olvidos, desesperaciones, angustias, deseos. Ahora sintonizamos con la necesidad de abrirnos el pecho, sacarnos el corazón y entregarlo sin cuestionamientos. Habría que limpiarse la neurosis para desmembrar sus fibras. Hacerlas adictas a la piel, aunque al rato perviertan el alma. Aquí es donde se encuentra la lírica de Saúl, preciado hilo conductor entre cada una de sus canciones, que permite reconocer algunas de las facetas de nuestros sueños empotrados a la realidad. Donde conviven la locura como dulces compañeras. I. La expulsión A Saúl lo corrieron de la escuela desde muy pequeño. Se encontró tocando la guitarra por ahí de los quince años. Se inicia con el grupo In Memoriam, que se presentó por primera vez en un lugar cerca de la glorieta del metro insurgentes (ciudad de México), al lado de Mistus, interpretando covers como "Purple Haze" de Jimi Hendrix. Después como Frac, junto a Leoncio Lara –mejor conocido como Bon- el de los Enemigos del Silencio. II. "Rosa murió de rojo y la enterraron de negro" Las Insólitas Imágenes de Aurora hacen acto de aparición. Con un cabello tan largo que le llegaba a la cintura y colgándole del cuello un bajo, Saúl liderea un grupo ahora considerado todo un hito de la historia del rock en México. Las Insólitas comienzan como un trío, con el baterista Alfonso André y Alejandro Marcovich en la guitarra. Graban en el legendario Rockotitlán en un caset en 1986 que incluye siete tracks: "Bienvenidos", "El Safari" - de la que se hizo un vídeo -, "Rosa", "Claudia", "La Vieja", "Pero nunca me oye" y "Hasta morir"; todas registradas con la ayuda de una consola de cuatro canales. A pesar de esta considerable restricción, se nota ya el carácter musical y lírico. Entrelazadas con una potencia sonora que raya en la aspereza punk, las letras comienzan a vislumbrar el crudo desconsuelo característico de la poesía de Saúl. III. "Acércate, juntemos pieles formando sombras" A principios de 1988 la emisora Espacio 59 - hoy desaparecida -, comienza a transmitir algunos demos de bandas locales. Uno de ellos causó impresión: "Mátenme porque me muero" se convierte en hit y con éste el nombre de Caifanes. La expectativa por el nuevo cuarteto fue en ascenso hasta la realización de un primer álbum. Saúl y Alfonso continuaron juntos, ahora haciéndose acompañar por el errante Sabo Romo y Diego Herrera, en el bajo y teclados respectivamente. Inspirada en una película de Tin Tán, dicha canción comenzó a venderse como sencillo impreso en un llamativo acetato blanco, incluyendo una segunda versión – con el final modificado – y la "Bestia Humana" en el lado B, donde participó como guitarrista Gustavo Cerati. Un mes después, en agosto del mismo año, sale a la venta el ansiado primer larga duración, con una portada que los mostraba vestidos de un riguroso negro, al estilo darky. Grabado en los estudios de Polygram (México) y Panda (Buenos Aires), el disco, evidencia a The Cure y a Soda Stereo como influencias directas. Esencialmente introspectivo y lánguido, con referencias continuas a la muerte, así resulta el hijo primogénito del cuarteto. Tras ser parte de los encores, se edita "La Negra Tomasa", el son cubano de Guillermo Rodríguez Fiffe, en versión caifán. Este bilongo permite el acceso del rock a nuevos espacios. Tres versiones de ésta y "Perdí mi ojo de Venado", una historia de amor y santería, conforman el E.P. IV. "Esta tierra es de ciegos y el tuerto está en el cielo" "El diablito" se graba y se da a conocer en 1990. Alejandro Marcovich le dice adiós a Laureano Brizuela (¡por fin!) para incorporarse a otro tipo de experiencias. Ilustrado con la obra gráfica de Fancisco Fernández "Taca", el disco realizado en Nueva York, tiene como invitados a Gustavo Santaolalla y Cachorro López – bajista de Miguel Mateos. "Detrás de ti" fue el primer sencillo, y detrás de éste se descubren los nuevos ambientes que ahora son capaces de elaborar. Continúa respirándose esa tristeza que enaltece el alma, esas palabras que acarician la muerte. Sin resignaciones, los viajes introspectivos siguen, ahora con un espectro más amplio que va del frenetismo al estilo de las insólitas de "El Elefante" a la rabia de "Aquí no pasa nada"; y de la nostálgica "La célula que explota" a la densa "Amárrate a una escoba y vuela lejos." V. "Déjame ser la noche y bailar hasta sangrar la danza del más allá" Las historias caifanescas retornan en 1992 cubiertas por "El Silencio." Sin ellos en la portada, presentando ahora una nueva especie de divinidad de fin de siglo, el tercer álbum s un regalo para todos los sentidos. La búsqueda por la eternidad – sea mediante la muerte o los sueños- y la visceralidad amorosa continúa empujada por la religiosidad de lo íntimo. Este lo grabaron con Adrián Belew en Wisconsin. El delirio de "Metamorféame" es la puerta que excita para el entra al laberinto; "Nubes", la intención por inmortalizarse; "Piedra", el alucinante híbrido con banda de viento; "Hasta morir", el pequeño tributo a las insólitas; "El comunicador", la desgracia de los mass media y "Miercoles de Ceniza", la separación de las realidades. Sin duda, el trabajo mas extenso y mejor elaborado de Caifanes. VI. "Afuera nadie es nada, sólo adentro" Es imposible que el pasado muera, a pesar de las ausencias encadenadas propician que la distancia se vuelva olvido. El exilio de los amantes es aterradoramente seductor. Con ello, la introspección aumenta. Para materializar "El nervio del volcán" (1994) – "se refiere a un núcleo a punto de estallar", dice Saúl – trabajaron para su producción con Greg Ladanyi, conocido por involucrarse con Robert Plant y Fleetwood Mac. Ya sin Sabo y Diego, el trío vuelve a su "insólita" formación inicial, y con la premonición del Popocatéptl y su despertar. Caifanes abrazó por última vez al miedo con sus sueños. VII. La historia Disco doble producto de la empeñosa necesidad de encerrar el tiempo, de interrumpir su marcha, abrazarlo y negarle escapatoria. Síntesis de los cuatro álbumes que incluye una pequeña colección de carteles anunciado algunas de sus tocadas más exóticas, fotografías que muestran las diversas etapas de la banda y dos tracks del Unplugged de MTV: "Miedo" y "Aviéntame". VIII. "Voy cambiándome de piel, sintiendo la metamorfosis" Jaguares es ahora estandarte. Alfonso André, Federico Fong y José Manuel Aguilera, los valiosos acompañantes durante 1996. Saúl se disuelve en su interior para tomarse y tomar las riendas de un taller. Se cobija con la noche y sus símbolos sempiternos para escribir más de una decena de historias musicalizadas con una atmósfera dúctil e ideal para el flujo de esa herencia de la poesía prehispánica que alimenta las letras, menos evidentes y más metafóricas. Cantando con la desesperanza que apuntala los residuos del perverso juego regulado por el amor y el desamor. En "El equilibrio de los Jaguares", álbum exquisitamente sombrío producido por Don Was, se siente sangrar la pasión. IX. Postdata Entre muchas colaboraciones, Saúl ha participado con su voz en canciones de Mistus y Amén; así como en los efímeros proyectos de Flema Seca y La Suciedad de las Sirvientas Puercas y ha cantado a dúo con Armando Manzanero y el argelino Cheb Khaled, sin olvidar su participación en el soundtrack de ciudad de ciegos junto a Rita Guerrero (Santa Sabina), y Sax (Maldita Vecindad), entre otros. Muy pronto aparecerá en "Outlandos D` Americas" disco Tributo a The Police, con la mancuerna Copeland – Sumers. LBE |